“LA BANANA” ACONCAGUINA
Hace
unos días caminando por la comuna de Calle Larga en la Provincia de Los Andes
(o fue en San Esteban?), me encontré una botillería con el ya mítico nombre,
“La Banana”. De inmediato vino a mi memoria la figura de Undurraga, el ministro
bananero. ¿Podía ser posible que el ministro abriera una sucursal en esta
pequeña comuna de la quinta región? Y si así fuera, ¿Cuál era su objetivo?
El
actual ministro de Obras públicas, señor Alberto Undurraga Vicuña (ya su
apellido embriaga), es un emprendedor. Justamente esa virtud fue la que lo
llevo a su cargo. A pesar de que en su
juventud el político DC, criado en los
patios jesuitas del San Ignacio profesó con humildad su labor pública, con el
tiempo aprendió de las mañas típicas de su clase y cambió esa ingenua actitud,
por una más lucrativa. Lastima sería que, su sed de emprendimiento lo llevó a
involucrarse en el boom del financiamiento ilícito de la profesión política,
apareciendo una de sus boletas entre las que ya todos reconocemos como, caso
PENTA.
Eso
lo sabe cualquiera. También todos sabemos que el señor ministro, pudo zafar
responsabilidades, por lo que no peligra condena alguna sobre él porque nuestra
malograda justicia ni siquiera lo procesó, es inocente. En su momento el
ministro presentó sus descargos, señalando que trabajaba en una consultora cuya
dirección finalmente, resultó ser la dirección de una botillería, “La Banana”.
De la consultora, ni rastro. Eso también lo sabe buena parte de Chile.
Lo
que no sabíamos hasta ahora, es que volvió al negocio don Undurraga. Ahora su
víctima eso sí, cambió de rostro. Se hizo muchos rostros. El bananero puso sus
ojos en pequeños poblados, Los Rosales y San Vicente, en la comuna de Calle
Larga en la quinta región Cordillera. Por su acción, no más de 300 personas
deberán salir de sus tierras, habitadas hace más de 500 años por sus ancestros,
ya que al ministro se le ocurrió que en sus tierras se construiría el Embalse
Pocuro.
No ha
sido fácil para Undurraga. El ministro tuvo la tarea de buscar un espacio
idóneo para construir un embalse que reemplazara al de Puntilla del Viento. Ése,
no pudo construirse por el activo y estridente movimiento popular que se
levantó a los pies de la Cordillera de Los Andes. Entonces Undurraga buscó.
Luego
de unos meses encontraron un espacio que, además de otorgar las comodidades
para elevar un gran Embalse de 100 Mm3, fuera parte de los infinitos predios
del señor Luksic. Es decir, Undurraga quiere construir un pequeño estanque para
que uno de los dueños de Chile, pueda regar uno de sus diminutos predios,
asegurando además, que el agua llegue a sus cultivos los siguientes de 50 años.
No
contento con ello, otorgó la dirección de los estudios a un consorcio conocido
R & Q Ingenieros y MN Ingenieros. Sin licitación de por medio, fue fácil
argüir que la sequía requería premura en las decisiones, por lo que “diablo conocido”
era mejor que cualquier elección más transparente. Esta vez, uno de los diablos
R&Q, tiene estrechas relaciones con la cara DC en Hacienda, y por tanto
cercanía con la DC del MOP, es decir, el bananero Undurraga.
Sin
embargo, la guinda de la torta la supimos hace unos días. El señor Undurraga
dio la otra mitad, de los 3 mil millones que el estado entregó para realizar
los estudios, al vecino de Luksic. Es decir, repartió la caridad del estado
entre estos “buenos vecinos”, y le pagará por planificar su propio embalse, al
dueño de 300 hectáreas de las más ricas tierras aconcagüinas.
“Los
buenos vecinos” se organizan para construir un embalse a la medida de los
poderosos. Todo gracias a la mano benefactora del Ministro. No resulta extraño
entonces, que el señor Undurraga, haya
buscado alianza con las autoridades de Calle Larga para llevar a cabo su
proyecto y abrir una nueva sucursal de “La Banana” en estas tierras donde nos
volvemos cada vez más sedientos.
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